LOS NIÑOS Y LA LECTURA


COMO ANIMAR A LA LECTURA A UN NIÑO

Leer es una actividad fundamental para adquirir conocimientos. Los niños que leen bien obtienen mayores éxitos y mejores calificaciones en los estudios. Todos los maestros y profesores coinciden en que tener el hábito de leer es una condición necesaria para aprender con más facilidad. En las aulas se encuentran dos tipos de alumnos: auqellos que leen bien y les gusta leer y los que tienen dificultades para leer, no les gusta y, por lo tanto, leen muy poco e incluso nunca.

Objetivos para que el niño sienta placer por la lectura:

1.                  Se despierta la imaginación y fantasía del niño, al introducirlo en mundos fantásticos o reales, casi siempre desconocidos.
2.                  Se enriquece su vocabulario, favoreciendo la expresión y comprensión oral y la expresión escrita.
3.                  Interviene el factor visual y fija ortografía de las palabras.
4.                  Mejora la elocución del niño, realizando lecturas expresivas, en voz alta.
5.                  Aumenta su caudal de conocimientos al relacionar las lecturas en otras áreas.
6.                  Desarrolla la observación del  niño, al sentirse atraído por las ilustraciones de la lectura.
7.                  Comentando lo leído se favorece la conversación y comprensión.
8.                  A través de la lectura se aprende a estudiar.
9.                  Descubre la belleza del lenguaje leyendo textos bien seleccionados: narraciones, dramatizaciones, recitaciones.




QUÉ PODEMOS HACER PARA QUE LEAN


1. Leerles nosotros. Es una práctica fundamental, tal vez la más importante y eficaz, sobre todo con los niños que tienen dificultades para leer y les cuesta gran esfuerzo hacerlo, con repeticiones de palabras o sílabas, sustituyendo unas letras por otras, que les impide entender el mensaje y comunicarse, con el libro. Leer así es aburridísimo, es como leer en un idioma que no comprendemos, y no hay persona humana que pueda leer más de dos minutos en un lenguaje que no entienda. Pero al leerles nosotros, comprenden el mensaje, po lo que lo disfrutan historias divertidas que valen la pena. La lectura constante, gratis, como un regalo sin pedir nada a cambio y con amor del adulto siempre despierta el interés y las ganas de leer a medio y largo plazo.

2. Contarle cuentos e historietas. Es otra actividad que encanta a los niños de estas edades, aumenta el vocabulario y desarrolla la imaginación además incrementar los lazos afectivos entre padres e hijos.
3. Leer con ellos. Cuando el tutor/a nos dice que nuestro hijo le cuesta leer y debe practicar en casa, no lo hará si lo dejamos sólo ante el libro en su habitación. En esos momentos necesita de ayuda y apoyo para que ejercite durante diez minutos cada día.
4. Respetar sus derechos como lector. El derecho a leer lo que le guste (aunque no sea de gran calidad literaria), el derecho a no terminar un libro, el derecho a saltarse las páginas, a leer en voz alta y callarnos.

5. Acompañarlos a las librerías a ver libros. Afortunadamente, cada vez hay más libros atractivos para los niños y más librerías especializadas para ellos o con secciones de literatura infantil. Siempre respetando sus derechos.

CÓMO HACER QUE EL NIÑO DISFRUTE CON LA LECTURA.

El niño debe contar con una oferta variada de libros y no descuidar los libros de tipo informativo, hay que darles libertad para elegir sus lecturas y distintos tiempos para leer, en función de sus capacidades e intereses.

6. Conseguir que el niño este motivado, de manera que leer para él se convierta en un acontecimiento divertido, entretenido, un juego en el que se sienta feliz y seguro.

7. Es conveniente presentar el libro como un objetivo divertido, después de todo es descubrir, conocer, y esta necesidad de conocer, de explorar, simplemente tenemos que despertar estas inquietudes, de esta forma nos aseguramos que su satisfacción mediante la lectura se convierta en una vía privilegiada de acceso al placer del descubrimiento.

8. Este esfuerzo es esencial, puesto que si el niño supera con éxito este “escalón” empieza a entender lo que lee y conseguirá en los años siguientes de su vida gozar verdaderamente de la lectura, porque un libro llama a otro libro.

9. En los primeros años de educación en donde cobran más protagonismo las estrategias lectoras y los juegos que animan a leer. Se hace, pues, necesario mostrar al niño el libro mediante juegos, actividades lúdicas y didácticas a la vez, programadas para que ayuden a potenciar futuros lectores.

10. El niño lector debe ser libre a la hora de elegir sus libros de lectura.

Resumiendo, sabemos que en general al niño no le fascina leer pero creemos necesaria la labor docente y la labor de la propia familia, utilizando estrategias lúdicas, para motivarle y crear en él hábitos de lectura.

Un derecho de niños y niñas que serán hombres y mujeres libres (al menos eso es lo que deseamos), ciudadanos y ciudadanos de un mundo donde las diferencias lingüísticas y culturales sean consideradas como una riqueza y no como un defecto. Las distintas lenguas y los distintos sistemas de escritura son parte de nuestro patrimonio cultural.

Los niños, todos los niños, están dispuestos a la aventura del aprendizaje inteligente. Están hartos de ser tratados como infra dotados o como adultos en miniatura. Son lo que son y tienen derecho a ser lo que son: seres cambiantes por naturaleza, porque aprender y cambiar es un modo de ser en el mundo.

Por lo tanto formas hábitos de lectura es lograr que el individuo recurra regularmente, y por su propia voluntad, o los materiales de la lectura como media eficaz para satisfacer sus demandas cognitivas y de esparcimiento.